Aunque la caída fue generalizada, especialmente en Sudamérica, la región continúa mostrando signos de resiliencia y potencial a largo plazo.
En 2024, los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia América Latina y el Caribe retrocedieron un 12 %, totalizando 164.000 millones de dólares, según el World Investment Report 2025 de la UNCTAD. Sudamérica fue la subregión más afectada, con descensos importantes en economías clave como Argentina, Chile, Colombia y Brasil. No obstante, Brasil mantuvo su liderazgo como mayor receptor de IED, impulsado por proyectos en energías renovables.
En contraste, Centroamérica y el Caribe exhibieron resultados más alentadores. México atrajo nuevas inversiones en manufactura y logística, mientras el Caribe registró un aumento del 21 % gracias a la estabilidad en República Dominicana.
Aunque los desafíos persisten, el informe sugiere que la región aún tiene margen para reposicionarse estratégicamente. Innovaciones en energía verde, digitalización e infraestructura sostenible están delineando una nueva hoja de ruta para atraer capital internacional.
Panorama mundial
La inversión extranjera directa mundial cayó un 11%, el segundo año consecutivo de descenso que confirma la profundización de la desaceleración de los flujos de capital productivo, según el World Investment Report 2025 (Informe sobre las inversiones en el mundo 2025), publicado hoy por ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Aunque la inversión extranjera directa (IED) mundial aumentó un 4% en 2024 hasta 1,5 billones de dólares, este incremento se explica en buena parte por la alta volatilidad de ciertos flujos financieros que circularon por varias economías europeas, utilizadas como intermediarios en el tránsito de inversiones.
El informe de este año se publica antes de la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (FFD4), en la que los líderes mundiales abordarán la brecha cada vez mayor entre los flujos de capital y las necesidades de desarrollo. Las conclusiones subrayan la urgencia de reformar los sistemas de inversión y financiación para apoyar un crecimiento inclusivo y sostenible.
La digitalización gana protagonismo
A pesar de la caída general, la economía digital se consolidó como motor clave de atracción de inversiones, con un aumento del 17 % en el número de proyectos y una duplicación de su valor. Esto contrasta con el retroceso en sectores tradicionales como infraestructura física, energía renovable y minerales críticos.
Fuente: Nota de Prensa de UNCTAD